Shock Anafiláctico o Envenenamiento por Alimentos

Ante la más mínima sospecha, hay que actuar de inmediato: el éxito del tratamiento depende mucho de la velocidad a la que se actúe. Primero llama al 911 para comunicar la situación y recibir atención médica lo más rápido posible. Mientras la ambulancia llega, sigue estos pasos:

Intenta calmar a la persona si está despierta. Es clave para evitar una crisis de ansiedad, que podría empeorar los síntomas que ya está sufriendo. Colócala en la posición correcta. Si está consciente, túmbala boca arriba con la cabeza ladeada para evitar que se ahogue en caso de que vomite. Las piernas deben permanecer elevadas por encima del nivel del corazón para favorecer el flujo sanguíneo (esta postura se conoce como posición de Trendelenburg). Si, por el contrario,la persona está inconsciente, la postura en la que debes ponerla es de lado. Es la llamada posición lateral de seguridad, que reduce el riesgo de que el afectado se atragante.


¡Haz la diferencia!


LAS SEÑALES DE UN SHOCK ANAFILÁCTICO

 Ante un shock anafiláctico el cuerpo reacciona de forma inmediata y llamativa. La característica principal, pues, es que los síntomas aparecen en cuestión de minutos y se intensifican rápidamente. Pueden ser muy variados:
Alteraciones en la piel: inflamación, picor intenso, manchas, habones...
Dificultad para respirar: presión en tórax, sibilancias (ruidos tipo silbido en el pecho)...
Molestias digestivas: náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal…
Confusión mental, mareos, agitación, aceleración del pulso, aumento de la sudoración...  


¡Educate!


¿POR QUÉ ES TAN GRAVE?
El problema es que afecta a más de un órgano, lo que provoca el fallo de varios sistemas vitales a la vez, pudiendo dar lugar a una situación grave. Los vasos sanguíneos se dilatan, disminuye la tensión arterial y no llega suficiente sangre a los órganos, que pueden dejar de funcionar. La persona, incluso, puede morir si no se actúa con rapidez.